miércoles, 26 de enero de 2011

Capitolio





Desde el capitolio astuto donde abrevo mi silencio,

la comparsas inmutables de las lágrimas sagradas,

las estatuas de ficciones que me miran asombradas

y los lujos que me ciegan, este sitio donde pienso,



entre un clan de catecismo y el aroma del incienso,

de los griales, de los coptos, de las luces apagadas,

de las pilas bautismales, siempre listas, alertadas

en un pleno de suspiros, en el soplo del suspenso;



miro el tráfago del orbe, su dinámica en ascenso

este absorto dinamismo que mi lírica condenso

entre rostros que se hurtaron en pupilas amargadas,



y me arrojo a mi litera, en catarsis de descenso,

procesión de calaveras en un cenotafio inmenso

y que gritan su contento en rugientes carcajadas..





….



Construido a las 3,04

del 23 de enero de 2011.



Para “Rimas insolentes”



Rodolfo Leiro

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