Enfrento las ventiscas ufanas de improperio
que rugen en las fobias de laceroso estigma,
enfrento con el largo coraje de mi prisma,
las gemas con que labro mi diáfano salterio,
mi báculo que acaso, es un invicto imperio
ajeno a la comparsa de impúdico sofisma
envuelto en la parodia de sulfuroso cisma
que enrola con sus facies el túrbido dicterio,
A mis fraternas palmas, incólumes de ofensa,
te las ofrendo acaso para tu fiel defensa
sin que el soez agravio increpe al adversario
y muestra tus banderas, sin mácula, ni herida
e invita a que valiente e intrépido te siga
llevando en tus insignias la paz del silabario!
RODOLFO LEIRO
17.10.2009