¡S I G O!

Los que creen que Leiro está vencido

no me han visto forjar mi propia Lira,

yo vengo de la fragua y de la pira

y desde el mismo sol he descendido;



de la erupción de verbos me he nutrido,

el fondo del volcán es quien me mira,

hay una hedónica flama que delira

y me encuentro de etesios aplaudido.



¡Yo sigo con mi canto enardecido

y mi canto tesón me ha conmovido

en un rizo de sombra que me admira!



¡Nunca nadie me supo corrompido!

¡No compartí mi duelo y mi gemido

ni me dobló la dama que suspira!







Construido a las 4,58 del

10 de mayo de 2010-05-10

Rodolfo Leiro

CAMBIO EL ORO POR UN VERSO

Tras el oro, que los llama, con hipócrita sonrisa,

ambiciones de riqueza que los muerde tempestuosa,

medallones de lujuria que los tienta, tumultuosa,

mientras miro indiferente desde el fiel de mi cornisa;



gira el mundo en el ritmo del deseo y de la prisa,

mueve el orbe su premura, pregonera licenciosa,

mientras vuelan los carmines en la pubis incestuosa

y despiertan las campanas de los griales y la misa;



y ya blanca mi cabeza como el rostro de una occisa

busco un palpito de apoyo, una utópica y precisa,

una péñola de nubes, ruborosa, sin secreto,



que me arranque de esta esfera y su atávico desplante

y me arroje a los espacios, con mi trova delirante

y me lleve para siempre en el film de mi soneto.



Construido a las 15,17 del

5 de mayo de 2010-05-06

Rodolfo Leiro