Como osado estandarte, un pendón literario
viboreando los vientos que preceden combates,
esbocé mis vocablos en heraldos embates
en las lizas rugientes del audaz silabario;
con el torso desnudo en un ruedo de estuario,
como un fiero temario dispersando dislates
con los mismos empujes que las vallas abates
y el coraje vibrante del temido corsario;
quise ser de los vates, el febril emisario,
una glosa colgada de un tendón temerario
de un opaco paisaje un feliz portavoz
y en el astro que el alba erradica y esconde
sentirás como un eco que invariable responde,
hay un pleno poeta que te enluna en su voz.
Construído a las 10, 26 del 9 de octubre de 2010
Rodolfo Leiro.
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