Los días transcurren llevando mi pena,
las noches son jibas de insomnio temoso
y floto en un plasma de acibar garoso
como un inocente de eterna condena ;
un preso que arrastra su férrea cadena
en páramo ardiente, hirviente, brumoso
y acaso el descanso me llama del foso
¡la muerte que quiere brindar su diadema!
Y acaso del fondo de un gris agarena
surcado por dientes de tolva galena
sorbiendo las flamas del lampo sinuoso,
encuentre un adarve altivo y fibroso
y entonces retorne, retórico astroso,
fundido en tu boca, tu cara morena..
construido a las 8,52 del
3 de junio de 2011-06-03
Para “La rebelión de los verbos”
Rodolfo Leiro
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