miércoles, 15 de agosto de 2012

Rostro de Demiurgos






Y me metí en mi cuerpo cierto día

por una vena que sangraba presa,

de la emoción que dejó de ser ilesa

para mostrar la herida que era mía.



En el circo imparcial de la utopía

que suele caminar sobre mi mesa,

circulé la versión jamás impresa

de transitar mi interna cofradía;



y vagué en un silencio y melodía

del concierto sagaz que me ofrecía

el síntoma o prez de otra materia,



y tengo para mí, la rara sinfonía:

¡hallar mi propio rostro en una fría,

inescrutable fronda de mi arteria!



Construido a las 14,23 del

13 de agosto de 2012 para mi

Libro “Hebras de Plata”




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